Especular.
- Carlos González
- 21 may 2017
- 3 Min. de lectura

La TV abierta llegó y el mundo lloró. Así, junto a la escritura y otras artes que se enfundaban en una transición de géneros y estilos, el drama solo existía en la gente que veía el televisor. Atrás quedaron los buenos melodramas, el caos, el erotismo junkie y sobre todo el terror/suspenso. Llegaron así entonces para quedarse los "best seller" y confundir a los nuevos lectores, sobretodo jóvenes que empiezan a conocer su alrededor y que lejos de satisfacer sus necesidades y dudas, caen en el denso terreno del materialismo. Sin embargo, en México aún prevalecen editoriales que difunden títulos carentes de perdón y cierto glamour. Muchos los llaman desconocidos, sin embargo es el estilo de una región que asume la voz del individuo y de quién creció ahí, sin cámaras o micrófonos. En específico, se deben su estilo particular, estilos que se concentran en Europa y Asia principalmente. Entre el vaivén de letras es que se asoma "Pequeñas criaturas" de Rubem Fonseca (España). Una lectura fresca y sencilla que mediante cuentos breves desfilan personajes cotidianos, en su mayoría jóvenes curiosos de sentimientos,relaciones, el dinero y la familia. Situaciones no ajenas a pesar de ser el 2003 el año en el que se escribió el libro. Situaciones que prevalecen y que parecen intactas e ignoradas por familias enriquecidas de prejuicios. Prejuicios "normales" que enaltecen la cotidianidad del tiempo y las modas, en las que la juventud no encuentra regocijo en el tiempo. Llega entonces la ópera prima de Christian Vuissa; The Letter Writer, que mediante la interpretación sonora de Aley Underwood, logra crear aquella atmósfera de reflexión y sentimiento,conjunto que interpreta y nos hace creer en la cercanía de mejores tiempos sobre todas las cosas. Esperanza que luce en las ventanas de todas las personas. ¿Por qué no?. ¿A caso no es el mundo lo suficiente jodido para dejar de leer?. ¿Acaso las fronteras solo se conocen cuando- con trabajo- se sale de ciudad?. Entre los pueblos resurge el perdón y la palabra, el credo a la familia y la simpatía con el tiempo. El compromiso en común y el apego a un mundo mejor, sin rencillas ni ambición. Resurgimiento: aquél adjetivo del cuál hoy pienso hablar. Jóvenes predestinados al sufrimiento de las modas y su pubertad en la que parecen no entablar discusión formal alguna con la realidad, aquella disfrazada de personajes ajenos como al que se apegan en internet o en amigos que por el simple hecho de decir groserías se creen mejores. Es difícil discutir el desencanto de una sonrisa mediante las redes sociales, sobre las redes de lo subliminal y superficial. ¿Por qué no incluirme en el discurso y sus consecuencias?. Bien, he de saber que el escribir sobre la problemática actual incluye autocrítica, aquél fundamento que se ha perdido mediante la nostalgia y la ausencia del autoestima. Pareciera irónico, pero entre más se somete la gente al manifiesto global, éste se haya solo, y sin embargo la soledad no es el peor de los casos, pero si el principio de muchos. Aquel obstáculo en el que caemos mediante el ego y falsos principios en el que alimentamos las diferencias y la manera de hablar es el emblema de personas que no queremos ser pero creen merecerlo por el simple hecho de no saber estar solos.
Volviendo a los cuentos de Rubem Fonseca, hemos de saborear la respuesta, pues mediante sus cuentos los personajes se desgastan entre la facilidad de sus discusiones, siempre innecesarias y en su mayoría innatas del gen femenino, que contribuyen a los celos, el miedo, enojo y el estrés, siempre adjetivos deformes a causa de la nula experiencia juvenil.Fonseca insiste demasiado en la juventud, en la salvación mediante...¿qué?.No, no lo deja entrever como buen escritor que es, pero hemos de insistir en que su estilo es el derrame de la nostalgia a través de cuentos sobrios y de personajes irónicos. Ironía!; vaya, pareciera que cada vez caemos más bajo. Vamos lejos y a su vez en retroceso,pues no hemos creado suficiente cultura para el sector más importante de nuestra existencia que es la juventud. Aún sumergidos por el "hashtag", creemos que el mejor filtro de la información es el monitor en cuanto a sus teclas. No hemos encontrado respuesta aún, pues situados en la misma sala de espera de los que aún no redactan, de los que velan en las calles, hemos de cumplir con alguna historia,pero siempre cercana a aquellas palabras que destacan de su televisor; ¿por qué?: Underwood nos lo dijo mediante su inocencia y sus errores. Sometida siempre al error de sus actos y como consecuencia de su rebeldía, se distanció de la voz de su madre, de sus amigos y de su interior, aquella voz que siempre nos acompaña y que en su esencia,nos invita a seguir adelante, por encima de la imagen superficial de las caderas o de la tristeza. Estamos tan distraídos en ser buenos que olvidamos distraernos de buena forma.
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